Un poema al Universo
Una Poesía para el Amor de la Madre
Un poema de despedida a 2013
Un poema al Padre
Un poema al Maestro
Por: Leandro Cuno Hancco
Del este viene la vida de luminosidad
con mucho entusiasmo y alegría.
Del oeste viene la vida de oscuridad
con grandes penas y tristezas.
Del norte viene la vida de generosidad
con aires de renovación espiritual.
Del sur viene la vida de prosperidad
con ecos de vibración material.
IMPLORACIÓN
Por: Leandro Cuno Hancco
Madre
Tierra, perdón por ofenderte
Padre Sol, perdón por ignorarte
Madre Agua, perdón por despreciarte
Padre Aire, perdón por olvidarte.
A pesar de tanto beneficio recibido
onnubilado estaba de ingratitud.
Viento sagrado de los Andes
con la gracia de tu energía divina,
ayúdame a reconciliarme
con el Medio Ambiente generoso
con el universo amoroso y milagroso,
para continuar gozando en vida
de sus bondades exuberantes
de su riqueza inagotable
de su ternura inconmensurable.
Por: Leandro Cuno
Hancco
enamorados
de la madre tierra,
en la
sonrisa atractiva y primaveral
de los semblantes
risueños y divinos,
bajo la
mirada fulgurante
de las
estrellas del universo,
había
emergido resplandeciente
un día
de Abril en Júbilo,
el
Centro Musical Ayaviri
para
testimoniar la existencia
juvenil
y amorosa de sus Melodías.
Lucerito
y Pequeña Flor, reflejan
la vida y pasión por la
imagen venerable.
Melgarina y Cabellera
Blanca, evidencian
los ritmos de
admiración por el ser amado.
Callecitas de Puno y
Cholita Altagracina
describen la inspiración
y virtudes del poeta.
Siempre Fama y Dulce
Ilusión, significan
elegancia y lenguaje
de los Dioses.
Jarana Linda y otras inspiraciones,
revelan
los sentimientos de
gozo y placidez emocional.
Centro Musical
Ayaviri:
Eres brillo celestial
en los amaneceres.
Eres vibración inmortal
en los atardeceres.
Eres deleite de los
ángeles en el paraíso.
Las
avecillas silvestres del Kolqueparke,
al
escuchar los sonidos musicales
de tus
mandolinas y violines,
se
regocijan alegre en sus cantares
elevando
el delirio de sus trinos
al
infinito espléndido de los cielos.
En
el horizonte de los ecos andinos
cuando la melancolía
en su abrazo embelesa
algunos corazones de
tristeza,
las armonías y dulces
voces
de tus guallatitas y
canarios,
desvanecen siempre
las angustias,
reconciliando la
dulzura y romance
de los jóvenes su
esperanza y felicidad.
Centro Musical
Ayaviri:
Eres consuelo
inagotable de nuestros dolores.
Eres terapia
infalible de nuestras almas.
Eres perfume
exuberante de nuestros labios.
En esa
emoción de algarabía
bordoneando
una guitarra elegante
y abrazando
un charango bullanguero
gozando
la ternura de tus pandillas,
proclamamos
de todo corazón:
Tu vibración,
ritmo y sonidos.
Tu
distinción y singularidad prodigiosa.
No
morirán nunca en nuestras memorias.
Y por
más que ocurra
por
alguna inequidad del tiempo.
Renacerás
como el ave fénix en las alboradas.
¡Viva
el Centro Musical Ayaviri!.
Vivir la generación de ilusorios
aspirando igualar con delirios dialécticos
las iniciativas y capacidades laborales,
fue revelar cultura de fanatismo.
Procurar desconocer con frivolidad
los ciclos de vida económica
acometiendo visiones de quimera,
fue consagrar injurias de esterilidad.
Estando envuelto en esas redes
gozando encima de su trivialidad:
Un amanecer de primavera
una alborada de los cielos
despertó nuestro profundo sueño.
Eran los querubines del universo
que iluminaron nuestra mente
y renovaron nuestra conciencia
entonando canciones celestiales.
Primorosos ángeles de bondad
anunciaron a mis comprensiones.
Nunca más vivir en carencias,
en escasez y limitaciones.
La naturaleza es infinita
la riqueza es ilimitada.
No existe la insuficiencia.
Serafines de la luz y la verdad:
Gracias por concederme,
la fuente imperecedera de la sabiduría,
de los principios y semillas fecundas.
Gracias por conferirme,
la energía inagotable del universo.
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